Imagínese alguna casa de playa de cuando era niño(a), como fijada en el tiempo, con su ambiente algo “désuet” y su decoración “naive”, y ya tendrá una primera idea. Ubíquela en un lugar privilegiado de la linda bahía de Pucatrihue : al mismo tiempo frente y de lado de la playa. Póngale una sala de estar cálida, con música suave y canapés cerca de la estufa de leña, frente a grandes ventanales que dan al mar. Y sobre todo, no se olvide de agregarle la atención amable y sincera de Aliss, su dueña, una mujer naturalmente alegre, espontanea y entusiasta, activamente involucrada en la comunidad. Para todos que prefieren los ambientes hogareños donde se respira vivencias y se conocen y comparten con nuevas personas, a cualquier lujo de hoteles anónimos.