El silencio y la tranquilidad del entorno dan un sello especial a este pequeño y acogedor hotel ubicado en el secano costero, ideal para el descanso reparador y el disfrute en pareja. Ricardo, un dueño que atiende con excepcional amabilidad y una conversación siempre interesante, una habitación impecable y un exquisito desayuno, hacen de este lugar un destino que invita al regreso.