La comida es excelente, al igual que la vista, pero habían más de 5 platos que no estaban en la carta (nada que llevara machas y ostiones) y tampoco había el portre Algarrobino (que es el de la casa).
Lo más sorprendente fue el garzón, que me quitó de las manos la tarjeta de crédito para colocarla en el visor al momento de pagar.
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