Quería pasar un fin de año tranquilo y desconectada, me dieron la recomendación de este lugar por una amiga. Llegue el jueves 31 de diciembre en la tarde y me fui el domingo 2 de enero al mediodía, no hay restaurantes cerca (lugar está en los alrededores de Vicuña) y si se quiere salir hay que llamar Uber. Buen lugar para descansar, piscina no muy grande pero suficiente, desayuno completo (aunque puede ser repetitivo). Muy buena higiene del lugar y atención, en especial de Fabio, quien te da todas las indicaciones y recomendaciones posibles, aparte de ofrecer un muy rico trago de bienvenida. Tambien me hice un masaje de relajación, que lo cobran al momento del chek out (30 mil pesos chilenos). Si bien el precio por noche es alto en comparación con otros lugares, lo compensa por su tranquilidad y atención, aunque un poco alejado de Vicuña o Pisco Elqui (20 min aprox en auto)