El lugar es maravilloso casi mágico, la casa luminosa, bonita, tranquila, confortable ,amplia, limpia, cómoda, etc.... Es apto para toda la familia como para estar tranquilo en pareja. No hay TV , se está muy en contacto con la naturaleza, se oyen los gritos de los monos y tucanes y sin embargo no hay muchos mosquitos La anfitriona tiene detalles entrañables como dejar una cesta de cortesía con algo de fruta, huevos de granja.... y está muy atenta para hacer pasar una buena estancia según las necesidades de cada cliente. Al ser extranjeros nos dio mucha seguridad y confianza tener acceso a una persona como ella y además aceptaron nuestra mascota. Hay una estupenda piscina con todos los servicios para sentirse como en casa. Hay playa en la isla y se pueden hacer excursiones a playas en el archipiélago, montar en kajak , a pescar, a Boca Chica a cenar que está frente a la casa. Se puede pedir la comida a algunos restaurantes de Boca Chica que lo traen hasta el embarcadero de las casas porque en la isla no hay restaurantes ni tiendas. Ideal para descanso y contacto con la naturaleza con todas las comodidades.