Nos embarcamos en Febrero de 2015 con mi señora y unos amigos en este espectacular viaje, en donde pudimos disfrutar de una excelente compañía, preciosos paisajes, entretenidos paseos outdoors (trekking, caminatas, kayak y saltos ornamentales desde el mismo yate). El yate es un verdadero lujo, realmente un hotel boutique que navega en pleno mar. Se nota un trabajo bien hecho, desde sus más mínimos detalles de construcción con tradición y elegancia, hasta la preocupación de su capitán por hacer la estadía entretenida, con aventura, extraordinarias comidas y de verdad descansada. Mención muy especial al servicio entregado por la tripulación, quienes se preocuparon en todo momento de hacernos sentir cómodos, y lo más importante, con una alegría y sonrisa que nos contagiaba. Recomendable absolutamente, de hecho, ya queremos ir de nuevo!!!!!!